Pequeño manifiesto.

Quisiera abarcarte en un abrazo eterno que no dejara espacio para ningún sentimiento de soledad o tristeza, ser omnipresente y cuidarte para que nada turbara tu paz. Sueño con ser la razón por la cual sonrieras al despertar y por la tarde te hiciera suspirar, burlar cada noche la distancia para ir a verte dormir.

Aspiro a ser el mejor de tus amigos, conocer todos tus secretos y ser quien con la vida los defienda, que seas quien conozca todo de mí y me enseñe a ser la persona que me he negado ser.

Deseo ser mil cosas para ti y que tú seas más para mí, pero también quiero entender que todo tiene su curso y su tiempo. Enséñame a ser paciente, a tener paz en mi mente, cuerpo y espíritu, enséñame a quererte cómo quieres que te quieran, a respetar silencios, tiempos y ausencias, a lidiar con estas ansias de mirarte a los ojos y descubrir tu alma.

Quiero ser la persona que te enseñe a enamorarte de ti mismo.

Luis Carbajal

Shiver for me

Valolopez

Vaciemos la existencia de todos los días que no cuentan;

Propongo que se supriman los letargos que el tiempo ha acumulado en nuestras espaldas 

Sanemos con caricias los muros llagados que el sol ha resecado

Hemos aprendido que la vida es maligna, pero podemos aprovecharnos de ella cuando está dormida

Brindemos pues por la falta del amor

que embriagados y adornados, lo amargo sabe mejor

¿Y a quién le importan las soledades, cuando están acompañadas?

si al final de todo sólo somos dos almas

si al principio de nada fuimos cuerpos en llamas

Liguemos esos negros espacios

con la melaza del sol en su atardecer

Traigamos consigo turbios pedazos

que la memoria nos deja antes de perecer

El reino de los enamorados está del otro lado

yo quiero que crucemos por el lugar menos recomendado

a la hora menos indicada con el método más inadecuado

Que la guarida del misterio tiene por bien servida

a la porfía que con la penumbra sostuvo y nuestras heridas...

Llévame entonces, mi soldado solitario, mi intercambiador de calor

por las rocas donde me llevaste la vez que, embriagados, me pediste que fuera tu mujer

Arrástrame hasta esas aguas del amor

que los dos estamos hechos de polvo de angel de cualquier color

El despertar del sueño

Valolopez

El día que soñé no recordé lo que soñé

Mas desperté con un sobresalto que me hizo enredar entre las sábanas

En el sueño que no recuerdo era yo agua color magenta, era vapor de licor empedernido que inyectado en la sangre ajena envenenaba los sentidos

En el sueño que no recuerdo estaba yo desprovista de sentimientos; cual roca en medio del agua absorta por tanta belleza, por tanta inmensidad.

Después dormí profundamente y desperté al cabo de un par de años de abandono
Sin saber que ese invierno sirvió como una guarida al tiempo
Sin sentir que la fruta madura eleva sus fragancias sólo una vez del árbol caída
Sin percibir que otras manos recogerían  las telarañas tejidas entre la penumbra y la aurora de una vida...


El día de hoy soñé y no recordé lo que soñé
pero la elegante presencia de un suspiro onírico me hizo saber
que era tiempo de un despertar galáctico
que era ya tiempo de enfrentar el destino
que era tiempo ya de ti
y de mi


El día de hoy soñaste y recordaste lo que soñaste; 
soñaste que yo estaba ahí... 

Y si tus sueños tienen algo de profético mi cielo
deja entonces que el tiempo se arregle con el universo
el resto déjamelo a mi...

Nota personal:
*Esta entrada comenzó el día 19 de octure de 2008 y fue concluída en día 25 de julio de 2010