sábado, 31 de julio de 2010

Pequeño manifiesto.

Quisiera abarcarte en un abrazo eterno que no dejara espacio para ningún sentimiento de soledad o tristeza, ser omnipresente y cuidarte para que nada turbara tu paz. Sueño con ser la razón por la cual sonrieras al despertar y por la tarde te hiciera suspirar, burlar cada noche la distancia para ir a verte dormir.

Aspiro a ser el mejor de tus amigos, conocer todos tus secretos y ser quien con la vida los defienda, que seas quien conozca todo de mí y me enseñe a ser la persona que me he negado ser.

Deseo ser mil cosas para ti y que tú seas más para mí, pero también quiero entender que todo tiene su curso y su tiempo. Enséñame a ser paciente, a tener paz en mi mente, cuerpo y espíritu, enséñame a quererte cómo quieres que te quieran, a respetar silencios, tiempos y ausencias, a lidiar con estas ansias de mirarte a los ojos y descubrir tu alma.

Quiero ser la persona que te enseñe a enamorarte de ti mismo.
Luis Carbajal

1 comentario:

Unknown dijo...

Vaya, vaya, vaya... no se por que esperaste tanto tiempo para compartirme algo de lo que escribes.

Tiene toda la intención del "querer" y en eso va escondido la emoción de "amar" cuando el tiempo y las circunstancias lo permitan.

Aunque admito que entre líneas encontré un poco de desesperación que ha vuelto impaciente al que escribe.


"Cuando el amor duele, es momento de retirarse de la batalla..."

No dejes de escribir y hacermelo saber!

Gracias.