martes, 20 de mayo de 2008

Búsqueda

Ando en busca de la sensualidad, y me han dicho que tú la tienes bajo tu poder... creéme, no descansaré hasta que la encuentre, por lo tanto haré un recuento de tí.

Esa primera vez que te escuché leer, cuando tus palabras le daban vida a otras palabras, desde esa vez tu voz se quedó en mi memoria... y cerré los ojos y tu voz se quedó más dentro... y ahora, cada vez que leo ese poema, lo escucho en mi cabeza con tus palabras, me transporto y puedo hasta sentír tu aliento, puedo percibír tu nerviosismo y ese nulo propósito de transmitirme lo que sentías en ese momento. De aquí puedo derivar que la sensualidad está en tu voz.

Hay algo más que me llama la atención... tu barbilla. Hace unas semanas, cuando tuve la oportunidad de amanecer contigo a mi lado moví mi mano y me encontré con esa barba a medio crecer que hizo que mis poros se abrieran y mi respiración se agitara, pero tú estabas dormido y naturalmente no te diste ni cuenta. De aquí puedo creer que la sensualidad se encuentra en tu barba a medio crecer.

Tambien he mirado fijamente tus ojos... y creo que es lo más excitante que he hecho, pues es un placer oculto ante los demás, ellos creen que te miro como a un colega más, pero no es así. Mi mirada inexpresiva en esos momentos encierra demasiado, y apenas soy capaz de poderlo contener. Tu mirada es misteriosa, impenetrable, dura a veces, pero hay un brillo que la descubre dócil, tierna, sensible... amorosa. Creo que ese brillo es las sensualidad, pero para no errar seguiré reconociendote.

Tu piel... yo ya he probado su sabor y sentido su calor, ese mismo día que amanecí contigo, momentos antes tú me guiabas y yo me dejaba guiar, jugando a lo prohibido en la misma habitación donde los demás dormían. Ese fue nuestro secreto, aquella sesión terminó al momento en que la luz se encendió. La responsabilidad de guardar el secreto quedó sellada con nuestras miradas complices, con el roce de tu mano en mi espalda y mi mejilla siendo bendecida con el contacto de tus labios. La sensualidad está en tu piel y en todo lo que ese día me hizo sentír.

Me quedo con ese abrazo, con ese susurro incomprensible en mi oido, con esa aproximación tuya que me encendió de nueva cuenta, con tu cabeza en mi hombro al momento de dormirte, con tu mano en mi brazo cuando bromeas, con tu voz al decír lo que nunca dirías por tí mismo... me quedo contigo... con todo tu ser... y con cada sensación nueva que desatas en mí... me quedo con mis sueños diarios... y con mi sonrisa al despertar cada mañana.


Luis Carbajal

No hay comentarios: