lunes, 21 de enero de 2008

Capricho de 6 años (Parte 1: Reencuentro)

Iba caminando por la calle inmerso en mis pensamientos cuando de pronto él me saludo... con la mirada luminosa y esa sonrisa de medio lado que en otras circunstancias me hubiera derretido, pero hoy me resultaba molesta, insultante.

- ¿Como estas?
- Hasta ahora bien
- Yo estoy bien
- Me alegro...


Me pediste hablar, pero yo no tenía tiempo (ni ganas) de hacerlo. Me diste tu telefono -ya que lo he borrado y pediste que te llamara cuanto antes para hacerlo en buenos terminos. La verdad me quedé pensando y me pareció una estúpidez "¿Cómo que en buenos términos?" Esto ya parece un divorcio... y prácticamente lo es, estuvimos juntos 3 de 6 años. ¿Que es lo que quieres hablar? sentí que ya no me interesaba en lo más minimo pero el conformarme con mis ideas no es algo que pueda decír que hago a la perfección, así que te llamé.

- Hola.
- Hola.
- ¿Que pasó? Ya te llamé
- ¿Como estás?
- Bien, ¿Que pasó?
- ¿Por que eres seco?
- Así soy.
- No lo eres.
- Ahora sí.
- De acuerdo... Te pedí que me llamaras para hablar... ¿Quieres saber toda la verdad?
- ¿Sobre que?
- Sobre todo.
- ¿Me ofreces la verdad sobre todo? ¿Tu verdad o LA verdad?
- LA verdad.
- De acuerdo, ¿Cuando y donde?
- Puedo ir a tu...
- No, no puedes.
- Bien. Tu elige...


Y elegí verle.

Como en capitulos anteriores, nada mas de él me sorprendía... contrario a lo que sucedía conmigo. En poco tiempo me había tornado seco, insensible, sarcástico y más cruel de lo que acostumbraba ser.

Me senté y pedí un café, él se sento frente a mi y traía un sobre en las manos. Me lo extendió para leerlo.

- ¿Que es?
- Leélo.


No lo podía creer.

- Llamame insensible pero... ¿Acaso piensas que te tendré algún tipo de lástima?
- No la espero, no de tí.
- ¿Entonces?
- Dime... ¿Donde quedó lo que sentías por mí?
- En el mismo lugar donde quedaron tus mentiras que me hacías tragar como verdad.
- Lo sé y lo merezco.
- Que bien que lo sepas.
- ¿Estarás todo el rato a la defensiva?
- Si.
- De acuerdo. Hablemos.
- Habla tú, yo vine a escucharte.


La mesera interrumpió de una manera incómoda, un tanto conciente de su irrupción, se diculpó y se fue a atender a otros.

- ¿Y bien?
- ¿Te acuerdas de el día que nos conocimos? El día real, no cuando fuiste a mi consultorio...
- Como olvidarlo...
- ¿Buenos recuerdos?
- Solo recuerdos, dejaron de ser buenos.
- Pues ese día yo había terminado con O, por eso llegue tarde al café, A nos presentó y yo sabía que te gustaba, pero quise acercarme, para elevar mi ego, para sentirme "deseado" por tí. Al ver tu reacción me sorprendi, nadie a quien le gustara me había hecho desplantes como los que hiciste esa tarde-noche, a nadie le había soportado gritos ni insultos con la sonrisa estoica que tuve.
- Si, fuiste un verdadero incordio.
- Lo fuí... sabía de tu falta de afecto y me serví de ella. El final del paseo fue un punto mas en mi tablero, te había hecho sonreír, a pesar de ser un hijodeputa al principio te pude arrancar una sonrisa y un "gracias".
- No se si sentirme especial o un idiota...
- Sientete idiota, lo fuiste. Esa noche regrese a mi departamento y estaba allí O. Como era natural y acostumbrado, terminamos cogiendo a media sala. Era lo normal entre O y yo, después de un pleito eramos mas animales, la rabia nos aturdía hasta desear lastimarnos y esa era nuestra manera. Matarnos mediante el sexo.
- Vaya, tal vez te extrañe, pero tus hazañas sexuales no me importan en lo minimo.
- No lo digo para que te excites, si no para ponerte en contexto. La primera vez que salimos con M fue para demostrarle que O no me importaba en lo mas minimo y que al menos tú me caías mejor...
- Ahora me halagas, que tierno!
-No es halago
- Ve al grano, tengo poca paciencia y si no me dices algo que realmente me importe mejor me voy a perder mi tiempo a otro lado.
- No soportas no ser el protagonista ¿Verdad?
- Lo que no soporto es tu incapacidad de darte cuenta que me vale madre si usabas a O o no, por que ya lo sé. Dime algo nuevo o cállate de una vez.
- En principio te tomé como juego... eras el capricho, la novedad. Me resultaba grato tener a mi lado a alguien con tu carácter, difícil, infantil y cruel. Sobre todo eso, lo cruel que llegabas a ser con los demás fue lo que mas me llamó la atención de tí... y me fuí enamorando. Y llegó el momento en que cualquier intento mio por "vanalizar" esa relación era nulo, ya estaba enamorado. Ya no solo era el sexo, era algo más...


Prendí mi cigarro y te arrojé el humo mostrando mi hastío.

- ¿Entonces yo desperté tu lado humano?
- Si...


La respuesta rápida y tu mirada directa y dolida me hizo arrepentirme de mi comentario.

- Aunque no lo creas soy capaz de sentír... también me duele cuando me desprecian. También llego a sentirme vacío.
- Siento no llenar más tu hueco existencial... la gente tiene un límite y por mucho que te ame se llega a hartar.
- ¿Aún me amas?
- Yo no dije eso.
- Si, lo hiciste.
- No te confundas, dije que la gente aunque te ame puede decir "basta".


La gente nos miraba atenta, pues al decír lo anterior yo había gritado.

- Cuentame tu ahora, que pasaba contigo?
- Conmigo? Nada.. eras la primera persona después de 2 amores malogrados. Ya sabes la historia, uno suicida y la otra escapista... Yo nunca te mentí sobre mis sentimientos. Siempre supiste que yo era un ser imposible, intempestivo, caprichoso... pero que si te amaba iba a ser igual de pasional.

- Si, y eso me enamoró mas. L, quiero que entiendas que si te ame, te amé
mucho.
- Yo a ti igual C... pero ¿Que paso? ¿Por que cambiaste? Pensé que estabamos bien.
- Eso... tengo una incapacidad para ser fiel.
- ¿Incapacidad? Esas son idioteces. Si quieres eres fiel, punto, no hay más.
- No, es algo fisiologico... siento la necesidad de estar con alguien mas, necesito eso que está prohibido, necesito esa emoción, es como una droga...
- Ponlo como quieras pero no logro concebír como es que alguien que ama puede hacer daño de una manera tan consciente, tan egoista. Yo tengo muchos defectos, pero jamás, y eso te lo puedo firmar con sangre, jamás lastimaré a alguien que amo traicionandole.



Al escuchar esto te quedaste callado. Yo bebía mi café y prendía el segundo cigarro. La gente a nuestro alrededor murmuraba o miraban de reojo.

Continuará...



Luis Carbajal

3 comentarios:

Jones Dark dijo...

No tardes en continuar....porfa...ya quiero saber que pasa. Creo que hasta puedo imaginarme la escena.

Minna dijo...

mmmm contengo el comentario para la segunda parte... no sabia esto

Mar dijo...

sabes... nose si mueve la idea de lo que consideras lejano a uno el saber que pasa el una segunda parte de esta historia o ver un poco de reflejo de algunas partes de mi historia personal en ella sin tomar en nota o como pie de pagina cada parte de tu cronica no lose ... sin embargo lo que si se es que me encanta tu narrativa y obviamente espero la segunda parte de esta obra emotiva