Sobre Jones.

Es del tipo promedio, mexicano, pudrible e incesantemente persistente, que abraza sueños, olvidándolos todos cuando despierta. Dice mentiras y cuenta mal las películas, que toma y toma y siempre tiene sed, malísimo en matemáticas, compadre de Satán los domingos por la tarde. Prefiere entrar fácil y salir difícil, aparece y se desvanece, no carga maletas para ir liviano cuando desaparezca el mundo. Puntual y maldito, pariente de frases de doble sentido. Adora una buena canción mientras mira el paisaje lleno de basura, admite los besos sin horarios y los juegos de manos que se dan tan bien entre los villanos. Pretende ser buena persona, pero termina encontrándose invariablemente con lo que no quiere ser hallado. Mil veces enamorado y una y mil veces olvidado, irreverente y nunca quieto, blasfemo y apostata de políticas ociosas. Hijo de unos hidalgos venidos a menos, no quiere admitir que el amor se quiera regir por convencionalismos idealistas y persistentes, padre de cartas que se guardan en los cajones y canciones que se hacen viejas. Gusta hablar con quien vive los sentimientos a flor de piel, atando y desatando cabos sueltos para encontrarse a si mismo al final el día. Se acuesta tarde y dormita en las sombras como los gatos o los perros mientras se lame las heridas. Es dueño de su propia oscuridad, que no niega y lo envuelve en torrentes profundos de media noche, conoce cien formas de decir hola pero solo una para decir adiós. Da y quita y con sus diablos se desquita, le escribe a las flores y a los amores, conoce príncipes azules y los odia por antipáticos y decadentes, escribe y escribe una y otra vez, aun cuando le sale solo espuma por la boca, a las calles secas, moribundos lechos de rió mientras navega en su barco de papel. Escucha el ronquido de los demonios cuando sueñan con las almas sobre sus cabezas, siente miedo y frió, hambre y pasión.
Su mundo es como el tuyo, es tuyo, tuyo, tu-yo, no justifica su propia estupidez ni la que no es suya, poeta de medio pelo con frágil corazón al que si quieres conocer solo basta con preguntar.
Sabe y entiende que la vida no es tiempo, sino como se ha vivido ese mismo tiempo de este imparable presente sin fin.
Se bienvenido.