jueves, 4 de octubre de 2007

Como si dos no fueramos ya suficientes



Como un alma vieja, como el recuerdo guardado
me vi , en mi otra vida,
me soñé despierta mientras me reconocía en el cuerpo de un hombre
del hombre que fuí hace años, en 1119, mi nombre: Armando de Payns, uno de los caballeros de la Orden del Temple.

Me vi exactamente como soy hoy,
pero ésta era parte de mi historia, antes de ser la hermosa Minna,
Encontrando similitudes, sobre todo en la carnosidad de sus (nuestras) acciones:

En una vereda, en un llano ajeno a este mundo, cuando todo era verde, con la conquista de Lérida, Tortosa, Cuenca, Valencia, Mallorca y de la batalla de las Navas de Tolosa, con el derramamiento de sangre que en Jerusalén no se había vivido, hasta la llegada de mis caballeros, los Caballeros del Temple.

Con mis sueños recurrentes: el último grito de los hombres que habían perecido en mis manos, con el llanto de sus hijos y de sus viudas. Con el remordimiento hecho añicos, ya sin nada que perder, sin nada que explicar, después de todo seguía siendo un hombre viejo y temido…. pero de carne, huesos y pasiones bajas.

En mi vida tres mujeres, Dulce, Loenia y Sordial..... Las tres distintas, las tres locas, las tres poseían la lujuria de las especies vampiras y la hermosura de las diosas paganas.... benditas putas que la orden puso en mi camino!! Benditas por que me retorcía como gusano dentro de sus podridas cuevas!!, Cuando nos amábamos tanto para entregarnos en una orgía de a cuatro, con sus tres bocas en mis miembros, con mi miembro en los suyos, cada una esperando por una estocada de su Caballero. No era de extrañarse que me sumergiera dentro de la oscuridad de mi castillo viejo, con mi copa de pewter rebosante de vino corriente (ser un caballero no implicaba necesariamente un estilo glamoroso de vida).

Sordial.... cómo olvidar tus cabellos, cómo olvidar que te embestía como si fueras una perra en celo, cómo olvidar que como tal te comportabas y te prestabas a la jauría de mis caballeros, cuando te dejaron desahuciada después de satisfacerse por cada uno de tus orificios... eso era lo mejor que sabías hacer y sabiendo esto, era lo único para lo que serviste en vida. Creo que eras muda, ni si quiera te quejaste.

Dulce, tan suave como tu nombre, tan abnegada como tus miedos al sentir mi ira, muchas veces te confundí con mis enemigos, terminabas debajo de la cama, temblando, con algunas cortadas que en mi viaje mental te ocasionaba sin querer... y es que no supiste en realidad cuanto te quise, Dulce, mi niña linda!!!! Mi niña virgen!!!! Jugando a la mujer a sus cortos 15 años, con un viejo como yo, con 52 años encima y enfermedades desconocidas en mi cuerpo... no imaginaste tu forma de morir, y ahí en tu lecho, vi que con todo y tu ignorancia y tu cara fea, ocupabas más mi mente que cualquiera de las otras dos, la fosa fue tu destino final, sin nombre, sin familia... sin lujos.. No los merecías.

Loenía, terca, obstinada, en tu mente existían el conjunto de tres mentes, tus personalidades eran muchas, y variabas de un extremo a otro, algunos días Sordial y Dulce solo resultaban espectadoras, por que no dabas pie a algo más, se amenazaban con tu despliegue artístico.. Otras veces, tú les besabas los pies, pensando que eran las vírgenes de los Monjes de Chipre.... tu capacidad mental nunca fue estable, hasta el día que creíste que yo era un berraco y me quisiste encajar tu lanza, para ofrecerme como sacrificio a tu amando Caballero Armando de Payns... ya no distinguías la verdad de la no-verdad.... y después de esto, el canibalismo te transformó, quisiste comerte mi corazón.... Corriste con la misma suerte de mis peores caballos, tu degollamiento acabó con tu perra y triste vida... no sin poseer de nuevo tu cuerpo mientras estaba aún tibio



Moriste con un bastardo dentro de ti...


La muerte que Sir Payns ofrecía en nombre de la Iglesia a sus “enemigos”, le exigió su correspondiente pago con sus "amadas"... y ésta fue la única constante en su vida, lo que el mejor sabia hacer, lo que más cercano estaba a él, y su compañera que siempre le sería fiel, que lo esperó hasta que se entregara a ella, de manera segura y definitiva, su vida apestaba a muerte.

Acá no es donde acaba este reconocimiento de mi otro yo, ni de la vida antes de mi, este solo es el primer encuentro con Sir Armando de Payns y sus tres novias, con sus fantasmas de guerra y sus sueños de sangre, así es como viví hace años, y hoy me acordé, lo soñé..... Después contaré que fue de La vida de Payns, lo que fui antes de ser... hoy solo fueron sus putas y su carne.


Mi vida antes de ser yo.. y es que todos tenemos una, solo que no nos acordamos.



5 comentarios:

Anónimo dijo...

que vida!!!
tambien creo que todos tenemos vidas pasadas. unas mas pesadas que otras y del tamaño de esas cargas es como regresamos... como animales o humanos... quiza como cosas, no losè, pero si puedo decirte que tambien he sido hombre en alguna de esas vidas, y muy a mi pesar fui un can, no se como pero lo se... excelentes letras!!

Jøëy dijo...

Y que me inspiras... Solo espero que no se me vaya la inspiracion ahorita.

Beso, excelente escrito, no esperaba menos.

Valolopez dijo...

CA-RA-JO
Minna
me has dejado sin palabras
me arrancaste una excitación sexual, me arrancaste sonrisas, nostalgias, impresión.
Emoción y connmoción.
Me pregunto qué carajos leiste para inspirarte en un escrito asi, y si no leiste nada, me impresionas aún más.
Magistral.
Es un orgullo estar compartiendo blog contigo.

Estás ahora en mi top 10! jaja
besos

Jones Dark dijo...

Alma vieja..tanto andar, tanto recapitular. Hay tanto que no conocemos.

Anónimo dijo...

Y que hago para recordarme en mi mundo, mi vida anterior??

Quizá soy un reflejo de lo que fui.