sábado, 27 de octubre de 2007

femme d'argent

Valolopez

Su mirada define la línea del horizonte; el límite que acaba con el eterno debate de lo posible y lo imposible.
Sus dedos dibujan un paisaje de amplios campos, verdes, musgosos; como el pubis de la mujer que amaba y donde los hundía.
Los montes y cerros son un tributo a esos pechos frondosos, redondos , suaves y generosos que le acogieron.

El cielo es la tranquilidad y la paz de aquella mujer que soñó, después de haber llorado por un amor que la despreció.
En las flores se percibe el aroma de su cuerpo, su pasión y sensualidad, los colores vivos; rojos eróticos, rosas intensos, púrpuras caníbales; el viento corre al son de cada palabra que su boca emitió.
El negro de la noche es el eterno devenir entre sus piernas y su ombligo; fértil campo de pureza y belleza.

Su musa inspiradora es una y es todas; el mundo es un tributo a la fémina que le dió placer y dolor.
Es una canción que se toca una y otra vez en todos los rincones del universo; es etérea, es inmensa, es eterna, es agua, fluye y cambia pero permanece.

Es fragilidad de vidrio, transparente y aromática.
Es inalcanzable, incomprendible, deseada, bendita, venerada.

Su nombre es uno y todos; es nuevo y es el mismo, aquí y ahora, mañana y siempre, el limbo del nunca y el eternamente.

El mundo está inspirado en tí; mujer de oro y plata, somos los dioses griegos queriendo beber el néctar de tu boca, mas nuestras bocas profanas jamás adivinarán el riesgo que implica besar la boca femenina; es caer en el limbo, es perderse en el tiempo, es descubrir un tesoro sin jamás tenerlo, la saliva de vida que inspira, el aliento secreto que del alma emana; es la eterna vida que nunca alcanzaremos.

Es una palabra que inspira; mujer.
Femme d'argent, ta vie est ma vie.

1 comentario:

Jones Dark dijo...

Una mujer...hermosa.